DÍA 4: Esperanza en la Victoria Final
Lectura
Después de esto vi una enorme multitud de todo pueblo y toda nación, tribu y lengua, que era tan numerosa que nadie podía contarla. Estaban de pie delante del trono y delante del Cordero. Vestían túnicas blancas y tenían en sus manos ramas de palmeras. Y gritaban con gran estruendo:
«¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero!».
Y todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono y alrededor de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron rostro en tierra delante del trono y adoraron a Dios, cantando:
«¡Amén! ¡La bendición y la gloria y la sabiduría
y la acción de gracias y el honor
y el poder y la fuerza pertenecen a nuestro Dios
por siempre y para siempre! Amén».
Entonces uno de los veinticuatro ancianos me preguntó:
—¿Quiénes son estos que están vestidos de blanco? ¿De dónde vienen?
Y yo le contesté:
—Tú eres quien lo sabe, señor.
Entonces él me dijo:
—Estos son los que murieron en la gran tribulación. Han lavado y blanqueado sus ropas en la sangre del Cordero.
»Por eso están delante del trono de Dios
y le sirven día y noche en su templo.
Y aquel que está sentado en el trono
les dará refugio.
Nunca más tendrán hambre ni sed;
nunca más les quemará el calor del sol.
Pues el Cordero que está en el trono
será su Pastor.
Él los guiará a manantiales del agua que da vida.
Y Dios les secará cada lágrima de sus ojos.
Apocalipsis 7:9-17
Juan nos presenta una visión gloriosa de una gran multitud, de toda nación y lengua, adorando a Dios. Estos son los redimidos que han pasado por la gran tribulación y ahora disfrutan de la presencia de Dios, donde ya no hay sufrimiento ni lágrimas. Esta imagen nos recuerda que, sin importar lo que enfrentemos hoy, nuestra victoria en Cristo está asegurada.
Versículo Clave
Pues el Cordero que está en el trono
será su Pastor.
Él los guiará a manantiales del agua que da vida.
Y Dios les secará cada lágrima de sus ojos.
Apocalipsis 7:17
Reflexiona
La vida cristiana no está exenta de tribulaciones, pero el Apocalipsis nos da una perspectiva eterna: la promesa de que Cristo nos pastoreará y nos conducirá a la plenitud de la vida. Su cuidado es personal y su victoria es definitiva.
Este pasaje nos invita a confiar en su fidelidad y a vivir con la seguridad de que nuestro sufrimiento tiene un propósito y un final glorioso.
-¿De qué manera esta visión celestial cambia tu perspectiva sobre las pruebas que enfrentas hoy?
-¿Cómo puedes reflejar esta esperanza en tu vida diaria y compartirla con aquellos que necesitan consuelo?
Oración
Señor Jesús, mi Pastor y mi Rey, gracias por la seguridad de que en ti tengo victoria. Ayúdame a confiar en tu guía y a vivir con la certeza de que cada lágrima será secada en tu presencia. Que mi vida refleje la esperanza eterna que tengo en ti y que pueda compartirla con los que necesitan consuelo. Amén.