DÍA 4: La Alabanza al Cordero

DÍA 4: La Alabanza al Cordero

Lectura

Y cuando tomó el rollo, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y llevaba copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo de Dios. Y cantaban un nuevo canto con las siguientes palabras:

«Tú eres digno de tomar el rollo

y de romper los sellos y abrirlo.

Pues tú fuiste sacrificado y tu sangre pagó el rescate para Dios

de gente de todo pueblo, tribu, lengua y nación.

Y la has transformado

en un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

Y reinarán sobre la tierra».

Entonces volví a mirar y oí las voces de miles de millones de ángeles alrededor del trono y de los seres vivientes y de los ancianos. Ellos cantaban en un potente coro:

«Digno es el Cordero que fue sacrificado,

de recibir el poder y las riquezas

y la sabiduría y la fuerza

y el honor y la gloria y la bendición».

Y entonces oí a toda criatura en el cielo, en la tierra, debajo de la tierra y en el mar que cantaban:

«Bendición y honor y gloria y poder

le pertenecen a aquel que está sentado en el trono

y al Cordero por siempre y para siempre».

Y los cuatro seres vivientes decían: «¡Amén!». Y los veinticuatro ancianos se postraron y adoraron al Cordero.

Apocalipsis 5:8-14

Juan describe una escena de adoración celestial donde los ancianos y seres vivientes se postran ante el Cordero, ofreciendo incienso como símbolo de las oraciones de los santos. Luego, una multitud innumerable se une en un cántico de alabanza, reconociendo que Jesús es digno de recibir honor y gloria por su sacrificio. Esta adoración se extiende a toda la creación, exaltando su reinado absoluto.

Versículo Clave

Ellos cantaban en un potente coro:

«Digno es el Cordero que fue sacrificado,

de recibir el poder y las riquezas

y la sabiduría y la fuerza

y el honor y la gloria y la bendición».

Apocalipsis 5:12

Este verso resalta la supremacía de Cristo. Su sacrificio en la cruz lo hizo merecedor de toda alabanza, y su autoridad es reconocida por toda la creación. La adoración que se le rinde es total, inquebrantable y eterna.

Reflexiona

El Cordero inmolado es el centro de la adoración celestial. Si en el cielo Cristo es el enfoque de toda gloria, ¿lo es también en nuestra vida diaria? Esta visión nos desafía a evaluar cómo estamos adorando a Jesús, no solo con palabras, sino con nuestras acciones y actitudes.

¿Es mi vida una ofrenda de adoración que exalta la gloria de Cristo en todo lo que hago?

¿Mi alabanza es condicional o es una respuesta genuina a su amor y sacrificio, sin importar mis circunstancias?

¿Cómo puedo reflejar en mi día a día la adoración que se vive en el cielo?

Oración

Cordero de Dios, digno eres de toda gloria y honor. Que mi vida sea una adoración continua a tu nombre, reflejando tu amor y majestad en todo lo que hago. Amén.