DÍA 4: Abriendo la Puerta a Cristo

DÍA 4: Abriendo la Puerta a Cristo

Lectura

»¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos. Todos los que salgan vencedores se sentarán conmigo en mi trono, tal como yo salí vencedor y me senté con mi Padre en su trono.

»Todo el que tenga oídos para oír debe escuchar al Espíritu y entender lo que él dice a las iglesias».

Apocalipsis 3:20-22

Versículo Clave

»¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.

Apocalipsis 3:20

Reflexiona

Este pasaje es una de las imágenes más conmovedoras de la Escritura: Jesús de pie, tocando la puerta de nuestro corazón, esperando que le abramos. No se impone ni fuerza su entrada, sino que con amor nos invita a una relación de comunión profunda.

Una invitación personal: Jesús llama a cada uno de nosotros, esperando nuestra respuesta. No está lejos ni inaccesible, sino cercano y disponible.

Comunión con Cristo: Cenar juntos representa amistad, intimidad y aceptación. Abrir la puerta a Jesús significa dejarlo entrar en cada área de nuestra vida, permitiéndole transformar nuestro corazón.

Una promesa gloriosa: Jesús no solo nos ofrece su comunión en el presente, sino también una recompensa eterna. A los que vencen, les da el privilegio de reinar con Él, compartiendo su victoria y su gloria.

Este pasaje nos desafía a escuchar su llamado y responder con fe. ¿Hemos abierto la puerta de nuestro corazón completamente o aún hay áreas donde lo mantenemos afuera?

Preguntas de Reflexión

¿Estoy escuchando la voz de Jesús y abriendo la puerta de mi corazón para Él?
¿Hay áreas en mi vida donde aún no le he permitido entrar completamente?
¿Estoy viviendo con la expectativa de la comunión eterna con Cristo?

Oración

Señor Jesús, abro la puerta de mi corazón para ti. Entra y cena conmigo, transforma mi vida con tu presencia. Gracias por tu amor y por la promesa de una comunión eterna contigo. Ayúdame a vivir cada día en tu presencia y a compartir tu amor con otros. Amén.