DÍA 2: La Invitación de Jesús

DÍA 2: La Invitación de Jesús

Lectura

Así que te aconsejo que de mí compres oro—un oro purificado por fuego—y entonces serás rico. Compra también ropas blancas de mí, así no tendrás vergüenza por tu desnudez, y compra ungüento para tus ojos, para que así puedas ver. Yo corrijo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé diligente y arrepiéntete de tu indiferencia.

Apocalipsis 3:18-19

Versículo Clave

Así que te aconsejo que de mí compres oro—un oro purificado por fuego—y entonces serás rico. Compra también ropas blancas de mí, así no tendrás vergüenza por tu desnudez, y compra ungüento para tus ojos, para que así puedas ver.

Apocalipsis 3:18

Reflexiona

Jesús continúa su llamado a la iglesia de Laodicea, mostrándoles el remedio divino para su condición espiritual. En el pasaje anterior (Apocalipsis 3:14-17), Él reveló su verdadera pobreza, ceguera y desnudez espiritual. Ahora, en estos versículos, les ofrece lo que realmente necesitan para ser restaurados:

Oro refinado por fuego: Riqueza espiritual genuina, que solo viene de una fe probada y purificada en Dios. No se trata de bienes materiales, sino de una vida centrada en Él.

Vestiduras blancas: La pureza y justicia de Cristo que cubre nuestra vergüenza y pecado. Sin Él, estamos expuestos y desnudos ante Dios.

Colirio para los ojos: Visión espiritual para discernir la verdad y vernos a nosotros mismos como Dios nos ve. La ceguera espiritual nos impide reconocer nuestra necesidad de Cristo.

Jesús no solo señala el problema, sino que también da una solución llena de gracia y amor. En el siguiente versículo (v.19), Él recuerda que su disciplina es una prueba de su amor: "Yo corrijo y disciplino a todos los que amo." Su llamado al arrepentimiento no es condenación, sino una invitación a una relación más profunda con Él.

Este mensaje nos desafía a evaluar dónde estamos buscando satisfacción. ¿Nos aferramos a lo material o buscamos las riquezas eternas de Cristo? Solo en Él encontramos lo que realmente tiene valor eterno.

Preguntas de Reflexión:

¿En qué áreas de mi vida he confiado más en lo material que en lo espiritual?
¿Estoy permitiendo que Dios refine mi fe a través de las pruebas o me resisto a su proceso?
¿Necesito una renovación en mi relación con Cristo para recuperar mi pasión y visión espiritual?

Oración

Señor Jesús, reconozco que sin Ti soy pobre, ciego y desnudo. Quiero aceptar tu invitación y recibir las riquezas que solo Tú puedes dar. Purifica mi fe, vísteme con tu justicia y abre mis ojos para verte con claridad. Enséñame a depender de Ti en todo momento y a buscar lo que realmente tiene valor eterno. Amén.