DÍA 4: Perseverancia y Recompensa
Lectura
En presencia de Dios y de Cristo Jesús—quien un día juzgará a los vivos y a los muertos cuando venga para establecer su reino—te pido encarecidamente: predica la palabra de Dios. Mantente preparado, sea o no el tiempo oportuno. Corrige, reprende y anima a tu gente con paciencia y buena enseñanza.
Llegará el tiempo en que la gente no escuchará más la sólida y sana enseñanza. Seguirán sus propios deseos y buscarán maestros que les digan lo que sus oídos se mueren por oír. Rechazarán la verdad e irán tras los mitos.
Pero tú debes mantener la mente clara en toda situación. No tengas miedo de sufrir por el Señor. Ocúpate en decirles a otros la Buena Noticia y lleva a cabo todo el ministerio que Dios te dio.
En cuanto a mí, mi vida ya fue derramada como una ofrenda a Dios. Se acerca el tiempo de mi muerte. He peleado la buena batalla, he terminado la carrera y he permanecido fiel. Ahora me espera el premio, la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me dará el día de su regreso; y el premio no es solo para mí, sino para todos los que esperan con anhelo su venida.
2 Timoteo 4:1-8
En 2 Timoteo 4:1-8, el apóstol Pablo, consciente de que su vida está llegando a su fin, exhorta a Timoteo a mantenerse firme en la predicación del evangelio y a soportar las dificultades con fidelidad. Pablo testifica que ha peleado la buena batalla, ha terminado la carrera y ha guardado la fe, asegurando que le espera la corona de justicia.
Versículo Clave
A todos los que salgan vencedores y me obedezcan hasta el final:
Les daré autoridad sobre todas las naciones.
Apocalipsis 2:26
En Apocalipsis 2:26, Jesús promete autoridad y recompensa eterna a aquellos que perseveren en la fe hasta el final. Esta promesa refuerza el llamado a la fidelidad en medio de la oposición, recordándonos que la victoria en Cristo trasciende las luchas terrenales.
Reflexiona
El camino de la fe no está exento de dificultades. Tentaciones, pruebas y oposiciones intentan apartarnos de Dios. Sin embargo, Jesús nos llama a perseverar con fidelidad, recordándonos que:
La fe requiere constancia: Como un corredor en una maratón, debemos avanzar con determinación hasta la meta.
Las pruebas forman nuestro carácter: Las dificultades pueden ser oportunidades para fortalecer nuestra dependencia de Dios.
La recompensa es segura: Jesús nos promete autoridad y una herencia eterna si permanecemos firmes en Él.
Oración
Dios Todopoderoso, ayúdame a perseverar en la fe y a mantenerme firme en Tu verdad. Que cada día pueda vivir con la certeza de Tu promesa y la esperanza de la vida eterna. Que mi vida refleje Tu gloria y amor en todo momento. Amén.