DÍA 1: La Soberanía de Cristo
Lectura
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza;
siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad.
Por lo tanto, no temeremos cuando vengan terremotos
y las montañas se derrumben en el mar.
¡Que rujan los océanos y hagan espuma!
¡Que tiemblen las montañas mientras suben las aguas! Interludio
Un río trae gozo a la ciudad de nuestro Dios,
el hogar sagrado del Altísimo.
Dios habita en esa ciudad; no puede ser destruida.
En cuanto despunte el día, Dios la protegerá.
¡Las naciones se encuentran en un caos,
y sus reinos se desmoronan!
¡La voz de Dios truena,
y la tierra se derrite!
El Señor de los Ejércitos Celestiales está entre nosotros;
el Dios de Israel es nuestra fortaleza. Interludio
Vengan, vean las obras gloriosas del Señor:
miren cómo trae destrucción sobre el mundo.
Él hace cesar las guerras en toda la tierra;
quiebra el arco y rompe la lanza
y quema con fuego los escudos.
«¡Quédense quietos y sepan que yo soy Dios!
Toda nación me honrará.
Seré honrado en el mundo entero».
El Señor de los Ejércitos Celestiales está entre nosotros;
el Dios de Israel es nuestra fortaleza. Interludio
Salmos 46
El Salmo 46 es un canto de confianza en Dios en medio de crisis. Habla de terremotos, montañas que se deslizan al mar, y naciones que se tambalean. Es un recordatorio de que, aunque todo a nuestro alrededor se derrumbe, Dios sigue siendo nuestro refugio. Fue usado por Martín Lutero como inspiración para el himno "Castillo Fuerte es Nuestro Dios", en medio de la Reforma, un tiempo de gran peligro y cambio.
Versículo Clave
Cuando lo vi, caí a sus pies como muerto; pero él puso la mano derecha sobre mí y me dijo: «¡No tengas miedo! Yo soy el Primero y el Último. Yo soy el que vive. Estuve muerto, ¡pero mira! ¡Ahora estoy vivo por siempre y para siempre! Y tengo en mi poder las llaves de la muerte y de la tumba.
Apocalipsis 1:17-18
Reflexiona
El Salmo 46 y Apocalipsis 1 no solo nos llaman a confiar en Dios en tiempos difíciles, sino que nos desafían a vivir de manera activa y confiada en esa verdad. La fe no es solo un consuelo pasivo; es un llamado a actuar con valentía porque sabemos quién está en control.
Oración
Señor Jesús, gracias porque eres mi refugio cuando todo a mi alrededor parece derrumbarse. Hoy reconozco las áreas de mi vida donde el miedo ha tomado el control. Te las entrego sabiendo que tú tienes la autoridad sobre todo, incluso sobre la muerte. Ayúdame a caminar con valentía, a confiar en tu presencia constante, y a vivir cada día con la certeza de que mi vida está segura en tus manos. Enséñame a buscarte en medio de la tormenta y a encontrar paz en tu soberanía. Amén.