DÍA 4: Viviendo con Propósito
Lectura
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. La tierra y el cielo huyeron de su presencia, pero no encontraron ningún lugar donde esconderse. Vi a los muertos, tanto grandes como pequeños, de pie delante del trono de Dios. Los libros fueron abiertos, entre ellos el libro de la vida. A los muertos se les juzgó de acuerdo a las cosas que habían hecho, según lo que estaba escrito en los libros. El mar entregó sus muertos, y la muerte y la tumba también entregaron sus muertos; y todos fueron juzgados según lo que habían hecho. Entonces la muerte y la tumba fueron lanzadas al lago de fuego. Este lago de fuego es la segunda muerte. Y todo el que no tenía su nombre registrado en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Apocalipsis 20:11-15
»Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria acompañado por todos los ángeles, entonces se sentará sobre su trono glorioso. Todas las naciones se reunirán en su presencia, y él separará a la gente como un pastor separa a las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
»Entonces el Rey dirá a los que estén a su derecha: “Vengan, ustedes, que son benditos de mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Pues tuve hambre, y me alimentaron. Tuve sed, y me dieron de beber. Fui extranjero, y me invitaron a su hogar. Estuve desnudo, y me dieron ropa. Estuve enfermo, y me cuidaron. Estuve en prisión, y me visitaron”.
»Entonces esas personas justas responderán: “Señor, ¿en qué momento te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos algo de beber, o te vimos como extranjero y te brindamos hospitalidad, o te vimos desnudo y te dimos ropa, o te vimos enfermo o en prisión, y te visitamos?”.
»Y el Rey dirá: “Les digo la verdad, cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos, mis hermanos, ¡me lo hicieron a mí!”.
»Luego el Rey se dirigirá a los de la izquierda y dirá: “¡Fuera de aquí, ustedes, los malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus demonios ! Pues tuve hambre, y no me alimentaron. Tuve sed, y no me dieron de beber. Fui extranjero, y no me invitaron a su hogar. Estuve desnudo, y no me dieron ropa. Estuve enfermo y en prisión, y no me visitaron”.
»Entonces ellos responderán: “Señor, ¿en qué momento te vimos con hambre o con sed o como extranjero o desnudo o enfermo o en prisión y no te ayudamos?”.
»Y él responderá: “Les digo la verdad, cuando se negaron a ayudar al más insignificante de estos, mis hermanos, se negaron a ayudarme a mí”.
»Y ellos irán al castigo eterno, pero los justos entrarán en la vida eterna.
Mateo 25:31-46
Juan describe el juicio ante el gran trono blanco. Todos los muertos, grandes y pequeños, comparecen ante Dios, y los libros son abiertos. Cada persona es juzgada según sus obras. Pero hay un libro especial: el Libro de la Vida. Aquellos cuyos nombres no están allí son lanzados al lago de fuego, la segunda muerte. Este es el desenlace eterno para quienes rechazaron a Dios.
En Mateo, Jesús habla del juicio final usando la imagen del Hijo del Hombre separando a las ovejas de los cabritos. Los que actuaron con compasión y fe son recompensados con la vida eterna; los que ignoraron al necesitado son enviados al castigo eterno. El pasaje enfatiza que las acciones reflejan el corazón, y el juicio será justo, basado en la respuesta a Cristo.
Versículo Clave
Y todo el que no tenía su nombre registrado en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Apocalipsis 20:15
Reflexiona
Este pasaje nos sitúa frente a una realidad que no se puede ignorar: el juicio de Dios es ineludible y justo. Cada ser humano comparecerá ante Él. En un mundo que relativiza la verdad y suaviza las consecuencias, la Biblia es clara: hay un destino eterno para cada persona, y depende de si hemos respondido al llamado de Cristo.
Pero no se trata solo de evitar el juicio; se trata de vivir con propósito, alineados con la voluntad de Dios.
Jesús mismo nos enseñó que nuestras acciones –cómo tratamos al necesitado, cómo administramos nuestro tiempo y recursos, cómo respondemos a Su llamado– son evidencia de nuestra fe.
Hoy es un buen día para evaluar: ¿estoy viviendo con la eternidad en mente?
Preguntas de Aplicación:
-Si hoy estuvieras frente al trono blanco, ¿qué revelarían tus obras acerca de tu fe?
-¿Tus decisiones reflejan una vida orientada a lo eterno o a lo pasajero?
-¿Qué cambios prácticos puedes hacer hoy para alinear tu vida más claramente con el propósito de Dios?
Oración
Padre celestial, gracias por la oportunidad de vivir para ti. Que no desperdicie mis días en cosas vanas, sino que cada decisión, cada acción, sea reflejo de una vida entregada a tu voluntad. Ayúdame a vivir con la eternidad en mente, sirviendo a otros, amando con verdad y esperando tu regreso con un corazón fiel. Amén.