DÍA 4: Adoración al Único Digno
Lectura
Entonces vi el cielo abierto, y había allí un caballo blanco. Su jinete se llamaba Fiel y Verdadero, porque juzga con rectitud y hace una guerra justa. Sus ojos eran como llamas de fuego, y llevaba muchas coronas en la cabeza. Tenía escrito un nombre que nadie entendía excepto él mismo. Llevaba puesta una túnica bañada de sangre, y su título era «la Palabra de Dios». Los ejércitos del cielo vestidos del lino blanco y puro de la más alta calidad lo seguían en caballos blancos. De su boca salía una espada afilada para derribar a las naciones. Él las gobernará con vara de hierro y desatará el furor de la ira de Dios, el Todopoderoso, como el jugo que corre del lagar. En la túnica, a la altura del muslo, estaba escrito el título: «Rey de todos los reyes y Señor de todos los señores».
Después vi a un ángel parado en el sol que les gritaba a los buitres que volaban en lo alto de los cielos: «¡Vengan! Reúnanse para el gran banquete que Dios ha preparado. Vengan y coman la carne de los reyes, los generales y los fuertes guerreros; la de los caballos y sus jinetes y la de toda la humanidad, tanto esclavos como libres, tanto pequeños como grandes».
Después vi a la bestia y a los reyes del mundo y sus ejércitos, todos reunidos para luchar contra el que está sentado en el caballo y contra su ejército. Y la bestia fue capturada, y junto con ella, el falso profeta que hacía grandes milagros en nombre de la bestia; milagros que engañaban a todos los que habían aceptado la marca de la bestia y adorado a su estatua. Tanto la bestia como el falso profeta fueron lanzados vivos al lago de fuego que arde con azufre. Todo su ejército fue aniquilado por la espada afilada que salía de la boca del que montaba el caballo blanco. Y todos los buitres devoraron los cuerpos muertos hasta hartarse.
Apocalipsis 19:11-21
Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús.
Aunque era Dios,
no consideró que el ser igual a Dios
fuera algo a lo cual aferrarse.
En cambio, renunció a sus privilegios divinos;
adoptó la humilde posición de un esclavo
y nació como un ser humano.
Cuando apareció en forma de hombre,
se humilló a sí mismo en obediencia a Dios
y murió en una cruz como morían los criminales.
Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor
y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres
para que, ante el nombre de Jesús, se doble toda rodilla
en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra,
y toda lengua declare que Jesucristo es el Señor
para la gloria de Dios Padre.
Filipenses 2:5-11
En Apocalipsis 19:11-21, el apóstol Juan describe la visión del cielo abierto, donde aparece un jinete montado en un caballo blanco, llamado "Fiel y Verdadero", que juzga y pelea con justicia. Este jinete, identificado como Jesucristo, lleva en su vestidura y en su muslo escrito el título: "Rey de reyes y Señor de señores". Esta escena representa la segunda venida de Cristo, quien regresa con poder y gloria para derrotar a las naciones rebeldes y establecer su reino eterno.
Versículo Clave
En la túnica, a la altura del muslo, estaba escrito el título: «Rey de todos los reyes y Señor de todos los señores».
Apocalipsis 19:16
Reflexiona
La imagen de Cristo como el jinete en el caballo blanco simboliza su victoria definitiva sobre el mal y su autoridad suprema sobre todas las naciones. Su título de "Rey de reyes y Señor de señores" enfatiza su soberanía y poder absoluto. Esta visión nos recuerda que, aunque el mal pueda parecer prevalecer temporalmente, la justicia de Dios triunfará al final.
El himno en Filipenses 2 nos muestra el camino de la humildad y obediencia que llevó a Cristo a la exaltación. Este pasaje nos invita a imitar su actitud, viviendo con humildad y sirviendo a los demás, confiando en que Dios exaltará a los que se humillan.
Preguntas de Aplicación:
-¿Cómo puedes reflejar la humildad de Cristo en tus relaciones diarias, especialmente en situaciones de conflicto o desacuerdo?
-¿En qué áreas de tu vida necesitas reconocer y someterse a la autoridad de Cristo como Rey de reyes?
-¿De qué manera puedes vivir una adoración auténtica que vaya más allá de los momentos de culto, impactando cada aspecto de tu vida diaria?
Oración
Señor Jesús, te reconocemos como el Rey de reyes y Señor de señores. Gracias por tu ejemplo de humildad y obediencia. Ayúdanos a vivir sometidos a tu autoridad, reflejando tu amor y justicia en nuestras acciones diarias. Que nuestra adoración sea constante y genuina, honrándote en todo lo que hacemos. Amén.