DÍA 3: La Victoria del Cordero

DÍA 3: La Victoria del Cordero

Lectura

Luego vi al Cordero de pie sobre el monte Sion, y con él había 144.000 que tenían el nombre del Cordero y el de su Padre escrito en la frente. Y oí un sonido que venía del cielo, era como el rugido de grandes olas del mar o el retumbar de fuertes truenos. Parecía el sonido de muchos arpistas tocando juntos.

Ese gran coro entonaba un nuevo canto maravilloso delante del trono de Dios y delante de los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos. Nadie podía aprender ese canto aparte de los 144.000 que habían sido rescatados de la tierra. Ellos se han mantenido tan puros como vírgenes, y son los que siguen al Cordero dondequiera que va. Han sido comprados de entre los pueblos de la tierra como ofrenda especial para Dios y para el Cordero. Ellos no han dicho mentiras y son intachables.

Apocalipsis 14:1-5

Después de la visión del dominio y engaño de las bestias, Juan ahora ve una imagen gloriosa y esperanzadora: el Cordero (Cristo) en el monte Sión, rodeado por los 144,000 sellados. Ellos representan a los redimidos, aquellos que han permanecido fieles a Cristo. Su alabanza es pura, su testimonio es limpio y su lealtad es total. Esta escena afirma que, a pesar de las presiones del mundo, Dios guarda a los suyos y su victoria es segura.

Versículo Clave

Luego vi al Cordero de pie sobre el monte Sion, y con él había 144.000 que tenían el nombre del Cordero y el de su Padre escrito en la frente.

Apocalipsis 14:1

Reflexiona

Este pasaje es como una ventana abierta al cielo en medio de la batalla espiritual. Contrasta radicalmente con la escena anterior: en lugar de la marca de la bestia, ahora vemos a los que tienen el nombre del Cordero y del Padre. Esto no es solo un sello externo, es una declaración interior de pertenencia, identidad y propósito.

Mientras el mundo busca seducirnos con poder, éxito y conformidad, el llamado de este texto es a permanecer íntegros, cantando una canción que solo los redimidos pueden entonar: una vida de obediencia, pureza y fidelidad. Los 144,000 no son perfectos por sí mismos, sino redimidos por la sangre del Cordero (v. 3), capacitados para vivir una vida diferente en medio de un mundo igual.

Hoy también se nos ofrece esa posibilidad: vivir marcados por Dios, no por el sistema de este mundo. Y esa marca se ve en lo cotidiano: en cómo hablas, cómo decides, a quién temes y a quién sirves.

-¿Qué evidencia muestra que el nombre de Dios está “escrito” sobre tu vida?

-¿Hay alguna área donde debas renovar tu compromiso de fidelidad a Cristo?

Oración

Cordero glorioso, gracias por tu victoria y por redimirme con tu sangre. Quiero ser contado entre los que te siguen dondequiera que vayas. Escribe tu nombre en lo más profundo de mi ser y ayúdame a vivir como alguien que te pertenece por completo. Que mi vida sea una canción de fidelidad, esperanza y alabanza a Ti. Amén.