DÍA 2: La Marca de la Bestia
Lectura
Luego vi a otra bestia; esta salía de la tierra. Tenía dos cuernos como los de un cordero, pero hablaba con la voz de un dragón. Ejercía toda la autoridad de la primera bestia y exigía que toda la tierra y sus habitantes adoraran a la primera bestia, la que se había recuperado de su herida mortal. Hacía milagros asombrosos, incluso que cayera fuego del cielo a la tierra mientras todos observaban. Con los milagros que se le permitió hacer en nombre de la primera bestia, engañó a todos los que pertenecen a este mundo. Les ordenó que hicieran una gran estatua de la primera bestia, la que estaba herida de muerte y después volvió a la vida. Luego se le permitió dar vida a esa estatua para que pudiera hablar. Entonces la estatua de la bestia ordenó que todo el que se negara a adorarla debía morir.
Además exigió que a todos—pequeños y grandes; ricos y pobres; libres y esclavos—se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente. Y nadie podía comprar ni vender nada sin tener esa marca, que era el nombre de la bestia o bien el número que representa su nombre. Aquí se requiere sabiduría. El que tenga entendimiento, que resuelva el significado del número de la bestia, porque es el número de un hombre. Su número es 666.
Apocalipsis 13:11-18
En esta segunda parte del capítulo 13, aparece otra bestia, conocida como el falso profeta. Esta figura representa la seducción espiritual que apoya al poder político de la primera bestia. Con señales y maravillas engañosas, lleva a las personas a adorar al sistema del mundo. Luego se introduce la marca de la bestia, un símbolo de total dependencia y sumisión a este sistema corrupto que se opone a Dios.
Versículo Clave
Además exigió que a todos—pequeños y grandes; ricos y pobres; libres y esclavos—se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente. Y nadie podía comprar ni vender nada sin tener esa marca, que era el nombre de la bestia o bien el número que representa su nombre.
Apocalipsis 13:16-17
Reflexiona
Este pasaje nos lleva a reflexionar sobre la gran batalla que no siempre se libra con espadas, sino en el corazón: la batalla por la adoración y la lealtad. La marca de la bestia no es solo un símbolo visible, sino una expresión de quién gobierna el corazón de la persona. Es la manifestación de una vida completamente absorbida por el sistema del mundo, donde el éxito, el control y la autosuficiencia sustituyen la fe, la obediencia y la confianza en Dios.
Frente a este panorama, Apocalipsis nos llama a examinarnos:
¿A quién le pertenece tu corazón? ¿A quién obedeces cuando nadie te ve?
Nuestra verdadera marca debe ser la del Cordero, como lo dice Apocalipsis 14:1, donde los redimidos tienen su nombre y el de Su Padre escrito en sus frentes.
Vivir sin la marca del mundo no siempre será fácil. Puede traer rechazo, limitaciones, incluso sufrimiento. Pero también nos lleva a experimentar una libertad gloriosa: la de saber que pertenecemos al Reino de Dios, no al reino de este mundo.
-¿En qué aspectos de tu vida sientes presión para adaptarse al sistema del mundo?
-¿Cómo puedes afirmar tu identidad como seguidor de Cristo en tu día a día?
Oración
Señor, gracias porque me has sellado con tu Espíritu y me has dado una nueva identidad en Cristo. Ayúdame a vivir fiel a Ti, resistiendo las presiones del mundo y reflejando tu carácter con valentía y amor. Que mi vida sea una señal clara de que te pertenezco solo a Ti. Amén.