DÍA 3: Esperanza y Fortaleza en el Señor

DÍA 3: Esperanza y Fortaleza en el Señor

Lectura

Antiguo Testamento

¿Acaso nunca han oído?

¿Nunca han entendido?

El Señor es el Dios eterno,

el Creador de toda la tierra.

Él nunca se debilita ni se cansa;

nadie puede medir la profundidad de su entendimiento.

Él da poder a los indefensos

y fortaleza a los débiles.

Hasta los jóvenes se debilitan y se cansan,

y los hombres jóvenes caen exhaustos.

En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas;

volarán alto, como con alas de águila.

Correrán y no se cansarán;

caminarán y no desmayarán.

Isaías 40:28-31

Nuevo Testamento

Sin embargo, lo que ahora sufrimos no es nada comparado con la gloria que él nos revelará más adelante. Pues toda la creación espera con anhelo el día futuro en que Dios revelará quiénes son verdaderamente sus hijos. Contra su propia voluntad, toda la creación quedó sujeta a la maldición de Dios. Sin embargo, con gran esperanza, la creación espera el día en que será liberada de la muerte y la descomposición, y se unirá a la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que, hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si tuviera dolores de parto; y los creyentes también gemimos—aunque tenemos al Espíritu Santo en nosotros como una muestra anticipada de la gloria futura—porque anhelamos que nuestro cuerpo sea liberado del pecado y el sufrimiento. Nosotros también deseamos con una esperanza ferviente que llegue el día en que Dios nos dé todos nuestros derechos como sus hijos adoptivos, incluido el nuevo cuerpo que nos prometió. Recibimos esa esperanza cuando fuimos salvos. (Si uno ya tiene algo, no necesita esperarlo; pero si deseamos algo que todavía no tenemos, debemos esperar con paciencia y confianza).

Romanos 8:18-25

En Isaías 40:28-31, Isaías nos presenta a un Dios eterno, incansable y lleno de poder, que nunca se fatiga ni se confunde. Él es quien da fuerzas al cansado y multiplica las fuerzas del que no tiene ninguna. La promesa es clara: aquellos que confían y esperan en el Señor recibirán nuevas fuerzas, podrán superar el cansancio y volarán alto, como las águilas, por encima de las dificultades.

En Romanos 8:18-25, Pablo reconoce que en la vida hay sufrimiento y espera, pero afirma que el dolor presente no se compara con la gloria futura que Dios ha prometido. La creación entera espera con anhelo esa restauración, y nosotros, aunque gemimos en medio de las pruebas, tenemos una esperanza firme: Dios cumplirá su promesa y nos dará una vida plena y gloriosa en Cristo.

Versículo Clave

En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas;

volarán alto, como con alas de águila.

Correrán y no se cansarán;

caminarán y no desmayarán.

Isaías 40:31

Reflexiona

Todos atravesamos momentos en los que el cansancio, la preocupación o el sufrimiento parecen más grandes que nuestras fuerzas. Isaías nos recuerda que no estamos solos ni desamparados: el Dios que creó el universo es el mismo que se acerca a nosotros para darnos fuerzas renovadas. Esperar en el Señor no significa resignarse, sino confiar activamente en que Él obrará en su tiempo perfecto.

Pablo, en Romanos 8, nos anima a mirar más allá del dolor y la dificultad del presente. La esperanza cristiana no es una ilusión, sino una certeza basada en la fidelidad de Dios. Saber que hay una gloria futura preparada para nosotros nos ayuda a perseverar hoy, aun cuando las circunstancias sean difíciles.

En la vida diaria, esto significa que podemos enfrentar los desafíos con la seguridad de que Dios nos sostiene. Cuando te sientas agotado, frustrado o sin salida, recuerda que puedes acudir a Dios, confiar en su poder y esperar con esperanza. Él promete darte la fortaleza que necesitas y una esperanza que nunca defrauda.

Preguntas de Aplicación:

-¿Cómo puedo aplicar la promesa de Isaías 40:31 en mis momentos de cansancio?

-¿De qué manera puedo fortalecer mi fe para esperar el tiempo perfecto de Dios ?

-¿Qué significa realmente confiar en el Señor, para renovar mis fuerzas?

Oración

Señor, renueva mis fuerzas y ayúdame a esperar en ti con confianza. Que mi esperanza en Cristo me sostenga en todo momento, especialmente en medio de las pruebas y desafíos. Gracias por la promesa de una gloria futura que supera cualquier sufrimiento presente. En el nombre de Jesús, amén.