DÍA 1: El Temor del Señor y la Sabiduría
El temor del Señor es el principio de la sabiduría. Como padres y creyentes, estamos llamados a vivir bajo este temor reverente, lo cual transforma nuestra manera de pensar y actuar. Esto nos capacita para instruir a nuestros hijos y a otros en el camino de la sabiduría.
Lectura
El temor del Señor es la base del verdadero conocimiento,
pero los necios desprecian la sabiduría y la disciplina.
Hijo mío, presta atención cuando tu padre te corrige;
no descuides la instrucción de tu madre.
Lo que aprendas de ellos te coronará de gracia
y será como un collar de honor alrededor de tu cuello.
Proverbios 1:7-9
Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues esto es lo correcto. «Honra a tu padre y a tu madre». Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa: si honras a tu padre y a tu madre, «te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra».
Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor.
Efesios 6:1-4
En Proverbios 1:7-9, el autor nos enseña que el temor del Señor es el punto de partida para adquirir sabiduría. Este temor no es miedo paralizante, sino reverencia, obediencia y reconocimiento de la soberanía de Dios. Aquellos que desprecian esta sabiduría se exponen al camino de la necedad. El pasaje también destaca la importancia de honrar a los padres y valorar su instrucción.
En Efesios 6:1-4, el apóstol Pablo refuerza este principio instruyendo a los hijos a obedecer a sus padres en el Señor como expresión de honra, y llama a los padres, especialmente a los padres varones, a no provocar ira en sus hijos, sino a criarlos con la disciplina y la instrucción del Señor. La crianza es presentada como un acto espiritual que debe estar enraizado en la sabiduría divina y en la voluntad de Dios.
Versículo Clave
El temor del Señor es la base del verdadero conocimiento,
pero los necios desprecian la sabiduría y la disciplina.
Proverbios 1:7
Reflexiona
El temor del Señor no es simplemente una emoción; es una postura del corazón. Es vivir conscientes de que Dios ve cada acción, cada palabra y cada pensamiento. Esta reverencia transforma la manera en que criamos a nuestros hijos, tratamos a los demás y tomamos decisiones.
Como creyentes, si no cultivamos este temor santo, corremos el riesgo de dirigir nuestra vida y la de quienes dependen de nosotros— con sabiduría humana, la cual es limitada, egoísta y, muchas veces, destructiva. En cambio, cuando reconocemos a Dios como el centro de toda verdad y autoridad, comenzamos a vivir y a criar con discernimiento, prudencia y propósito.
Efesios nos recuerda que la paternidad y la obediencia no son simples normas sociales, sino actos profundamente espirituales. Un padre sabio no solo provee ni corrige, sino que forma el corazón del hijo en los caminos del Señor. Y un hijo que aprende a honrar a sus padres aprende también a honrar a Dios.
Cultivar el temor del Señor es una invitación diaria a depender de Dios para todo: nuestras palabras, nuestras decisiones, nuestras emociones. Es el fundamento que sostiene toda vida verdaderamente sabia.
Preguntas de Aplicación:
-¿Qué acciones prácticas puedes tomar hoy para cultivar un temor reverente hacia Dios en tus pensamientos y decisiones?
-¿Estás instruyendo a tus hijos o a jóvenes cercanos a ti desde un modelo de temor del Señor o desde tus propias expectativas humanas?
-¿Qué hábitos necesitas abandonar o modificar para que tu vida familiar refleje la sabiduría y la autoridad de Dios?
Oración
Señor, reconozco que el temor reverente hacia ti es el principio de toda sabiduría verdadera. Enséñame a vivir cada día con esa conciencia de tu presencia, de tu justicia y de tu amor. Ayúdame a guiar a mis hijos y a los jóvenes que has puesto en mi camino con tu verdad, no con mis fuerzas. Que tu Palabra sea mi guía, y que mis acciones reflejen tu sabiduría. Amén.