DÍA 3: El Templo Viviente
Lectura
Al salir los sacerdotes del Lugar Santo, una densa nube llenó el templo del Señor. Los sacerdotes no pudieron seguir con la celebración a causa de la nube, porque la gloriosa presencia del Señor llenaba el templo del Señor.
Entonces Salomón oró: «Oh Señor, tú dijiste que habitarías en una densa nube de oscuridad. Ahora te he construido un templo glorioso, ¡un lugar donde podrás habitar para siempre!».
1 Reyes 8:10-13
Entonces Pedro dio un paso adelante junto con los otros once apóstoles y gritó a la multitud: «¡Escuchen con atención, todos ustedes, compatriotas judíos y residentes de Jerusalén! No se equivoquen. Estas personas no están borrachas, como algunos de ustedes suponen. Las nueve de la mañana es demasiado temprano para emborracharse. No, lo que ustedes ven es lo que el profeta Joel predijo hace mucho tiempo:
“En los últimos días—dice Dios—,
derramaré mi Espíritu sobre toda la gente.
Sus hijos e hijas profetizarán.
Sus jóvenes tendrán visiones,
y sus ancianos tendrán sueños.
En esos días derramaré mi Espíritu
aun sobre mis siervos—hombres y mujeres por igual—
y profetizarán.
Y haré maravillas arriba en los cielos
y señales abajo en la tierra:
sangre, fuego y nubes de humo.
El sol se oscurecerá,
y la luna se pondrá roja como la sangre
antes de que llegue el grande y glorioso día del Señor.
Pero todo el que invoque el nombre del Señor
será salvo”.
»Pueblo de Israel, ¡escucha! Dios públicamente aprobó a Jesús de Nazaret al hacer milagros poderosos, maravillas y señales por medio de él, como ustedes bien saben; pero Dios sabía lo que iba a suceder y su plan predeterminado se llevó a cabo cuando Jesús fue traicionado. Con la ayuda de gentiles sin ley, ustedes lo clavaron en la cruz y lo mataron; pero Dios lo liberó de los terrores de la muerte y lo volvió a la vida, pues la muerte no pudo retenerlo bajo su dominio.
Hechos 2:14-24
1 Reyes 8:10-13
Este pasaje describe un momento solemne y glorioso en la historia de Israel: la dedicación del templo que Salomón construyó. Cuando los sacerdotes salieron del lugar santo, la gloria de Dios llenó el templo en forma de una nube. Salomón declara que Dios ha decidido habitar entre su pueblo, mostrando que el templo era un símbolo visible de la presencia de Dios.
Hechos 2:14-24
Aquí Pedro, lleno del Espíritu Santo, se levanta para predicar después del evento de Pentecostés. Explica que la efusión del Espíritu es el cumplimiento de la profecía de Joel, y proclama que Jesús, crucificado y resucitado, es el Mesías prometido. El mensaje de Pedro conecta la obra redentora de Cristo con la nueva presencia de Dios en su pueblo a través del Espíritu.
Versículo Clave
¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos,
1 Corintios 6:19
Reflexiona
En el Antiguo Testamento, Dios manifestó su presencia entre su pueblo a través del templo construido por Salomón. Aquel edificio era majestuoso y santo, un lugar donde la gloria del Señor descendía y donde el pueblo acudía a adorar. Sin embargo, este templo, aunque sagrado, era limitado a un lugar y tiempo específico.
Con la venida de Cristo y la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés, algo radicalmente nuevo ocurrió: Dios ya no habita en templos hechos por manos humanas, sino que ahora mora en cada creyente. Esta verdad transforma nuestra vida por completo. Somos templos vivientes, portadores de la gloria de Dios, llamados a reflejar su carácter dondequiera que vayamos.
Puntos clave para el devocional diario:
-De templo físico a templo viviente:
El templo de Salomón era impresionante, pero ahora el Espíritu de Dios habita en ti. Esto te da una dignidad inmensa y una responsabilidad profunda.
-Llenos del Espíritu para proclamar:
Así como Pedro, después de recibir el Espíritu, proclamó con valentía el evangelio, tú también has sido lleno para ser testigo de Cristo en tu entorno.
¿Vivo consciente de que soy morada del Espíritu Santo?
¿Reflejan mis palabras y acciones la gloria de Dios en mí?
¿Qué debo rendir o ajustar en mi vida para que Dios pueda habitar plenamente en mí?
Oración
Señor, gracias por tu presencia que ya no se limita a un edificio, sino que ahora habita en mí. Ayúdame a vivir como templo vivo, santo y dedicado a ti. Que tu gloria se refleje en cada aspecto de mi vida, y que pueda ser un instrumento de tu amor, verdad y gracia en el mundo. Amén.