DÍA 1: El Logos Eterno

DÍA 1: El Logos Eterno

Lectura

En el principio, Dios creó los cielos y la tierra. La tierra no tenía forma y estaba vacía, y la oscuridad cubría las aguas profundas; y el Espíritu de Dios se movía en el aire sobre la superficie de las aguas.

Entonces Dios dijo: «Que haya luz»; y hubo luz. Y Dios vio que la luz era buena. Luego separó la luz de la oscuridad. Dios llamó a la luz «día» y a la oscuridad «noche».

Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el primer día.

Génesis 1:1-5

En el principio la Palabra ya existía.

La Palabra estaba con Dios,

y la Palabra era Dios.

El que es la Palabra existía en el principio con Dios.

Dios creó todas las cosas por medio de él,

y nada fue creado sin él.

La Palabra le dio vida a todo lo creado,

y su vida trajo luz a todos.

La luz brilla en la oscuridad,

y la oscuridad jamás podrá apagarla.

Juan 1:1-5

Génesis 1:1-5 nos presenta el principio de todas las cosas. Dios, por medio de Su palabra, crea los cielos y la tierra. La tierra estaba desordenada y vacía, y en medio de esa oscuridad, Dios dijo: “Sea la luz”, y la luz fue. Este acto muestra el poder de Su palabra para traer orden, propósito y vida.

Juan 1:1-5 conecta directamente con Génesis, pero revela una dimensión más profunda: esa Palabra que habló al principio es Jesucristo. Él estaba con Dios desde el principio y es Dios. En Él estaba la vida, y esa vida es la luz de la humanidad. La oscuridad no ha podido apagarla.

Versículo Clave

En el principio la Palabra ya existía.

La Palabra estaba con Dios,

y la Palabra era Dios.

Juan 1:1

Reflexiona

Desde el principio de los tiempos, la Palabra de Dios ha existido. En Génesis, vemos cómo Dios creó el mundo a través de Su palabra, y en Juan, se nos revela que esta Palabra es Jesús, el Logos. Jesús no es una creación, sino el Creador mismo, quien da coherencia y propósito a todo lo que existe. Al reconocer a Jesús como el Logos, entendemos que Él es la razón detrás de la creación y el orden del universo. Esto nos invita a ver nuestra vida y el mundo a través de la lente de Su propósito y diseño divino.

Desde antes de todo lo que podemos ver o imaginar, ya existía la Palabra: Jesús, el Verbo eterno. Él no fue creado; es eterno, divino y personal. En la creación, Su voz trajo luz a un mundo en caos. Hoy, esa misma luz quiere brillar en tu vida.

Jesús no es solo una figura histórica o un maestro admirable. Él es la razón detrás de todo lo creado, el origen del orden, la vida y la verdad. Alinear tu vida con Su Palabra no es solo una opción piadosa, es una respuesta lógica al reconocimiento de quién es Él: el Creador mismo.

Cuando aceptamos a Jesús como el Logos, aceptamos que no vivimos por accidente. Nuestra historia tiene un principio, un propósito y un destino que provienen de Su voluntad. En un mundo de ruido y confusión, Él sigue siendo la Palabra clara, eterna y suficiente.

¿Reconozco a Jesús como el centro y propósito de mi existencia?
¿Estoy permitiendo que Su Palabra ordene y dé sentido a las áreas caóticas de mi vida?
¿Cómo puedo vivir hoy con la certeza de que Jesús, el Logos, sigue hablando en mi vida?

Oración

Señor Jesús, reconozco que tú eres el Logos eterno, la Palabra que estaba desde el principio y que sigue viva hoy. Tú diste orden a la creación y también puedes dar orden a mi vida. Ayúdame a vivir bajo tu voz, a buscar tu propósito y a confiar en que todo lo que haces tiene sentido, incluso cuando yo no lo entienda. Amén.