DÍA 4: La Respuesta Correcta
Lectura
Antiguo Testamento: Éxodo 9:1-12
En Éxodo 9, Dios continúa mostrando Su poder y autoridad a través de las plagas: primero una peste que destruye el ganado egipcio, y luego una plaga de úlceras que ni los magos de Faraón pueden resistir. Sin embargo, Faraón persiste en su rebeldía porque su corazón está endurecido.
Nuevo Testamento: Santiago 4:6-10
En Santiago 4, se nos recuerda que Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes. La respuesta correcta ante la majestad de Dios no es obstinación, sino humillación, sometiéndose a Él y buscando Su perdón.
Versículo Clave
Entonces el faraón envió a sus funcionarios a investigar, ¡y comprobaron que los israelitas no habían perdido ni uno de sus animales! Pero aun así, el corazón del faraón siguió obstinado, y una vez más se negó a dejar salir al pueblo.
Éxodo 9:7
Reflexiona
La historia de Faraón es un espejo que nos muestra lo peligroso que es endurecer el corazón. No se trata solo de un gobernante antiguo: todos podemos caer en la trampa de pensar que tenemos el control, ignorando la voz de Dios que nos llama al arrepentimiento.
Faraón vio el poder de Dios una y otra vez, pero su orgullo le impidió rendirse. Esto nos recuerda que las evidencias externas no cambian un corazón endurecido… solo la gracia de Dios lo hace.
En contraste, Santiago nos invita a un camino muy diferente: humillarnos ante Dios, reconocer nuestra necesidad y someternos a Su voluntad. Ahí es donde encontramos la verdadera libertad y la gracia que transforma.
Quizás no enfrentemos plagas físicas, pero sí pruebas que nos muestran que no tenemos el control. La pregunta es: ¿responderemos como Faraón, aferrándonos a nuestro orgullo, o nos postraremos en humildad ante el Dios que tiene el poder sobre todo?
Preguntas de Aplicación:
-¿Hay alguna área en tu vida donde te estás resistiendo a rendir el control a Dios?
-¿Qué pasos concretos puedes tomar para humillarte ante Dios y buscar Su dirección?
-¿Cómo puedes cultivar un corazón sensible a la voz de Dios en lugar de uno endurecido?
Oración
Señor, guárdame de la dureza de corazón que tuvo Faraón. Enséñame a reconocer que Tú tienes el control de todas las cosas y que someterme a Ti no es una pérdida, sino la mayor ganancia. Dame un espíritu humilde, dispuesto a escuchar Tu voz y a seguir Tus caminos. Amén.