DÍA 2: El Corazón Endurecido
Lectura
Antiguo Testamento: Éxodo 8:1-15
En Éxodo 8, Dios envía una plaga de ranas sobre Egipto como una advertencia a Faraón para que deje ir a su pueblo. Ante la presión, Faraón parece ceder, pero cuando la situación mejora, vuelve a endurecer su corazón y desobedecer el mandato divino.
Nuevo Testamento: Hebreos 3:7-15
En Hebreos 3, el autor exhorta a los creyentes a no endurecer su corazón como lo hicieron los israelitas en el desierto, recordándonos que el tiempo para obedecer a Dios es hoy, y que la incredulidad nos aleja de Su reposo.
Ambos pasajes revelan que el endurecimiento del corazón no es un acto aislado, sino un patrón que se desarrolla cuando ignoramos repetidamente la voz de Dios.
Versículo Clave
Pero cuando el faraón vio que había alivio, se puso terco y se negó a escuchar a Moisés y a Aarón, tal como el Señor había dicho.
Éxodo 8:15
Reflexiona
El endurecimiento del corazón es peligroso porque muchas veces es imperceptible. No ocurre de la noche a la mañana, sino que se forma cada vez que elegimos desoír la voz de Dios y hacer nuestra propia voluntad.
Faraón es un ejemplo de alguien que parecía arrepentido en medio de la crisis, pero cuya “obediencia” era solo una reacción momentánea a la presión, no una transformación genuina. Cuando las aguas se calmaron, su verdadero corazón salió a la luz.
La advertencia de Hebreos es clara: si Dios nos habla hoy, debemos responder hoy. Postergar la obediencia, racionalizar nuestro pecado o esperar “un momento más conveniente” es abrir la puerta a la insensibilidad espiritual.
Un corazón endurecido puede manifestarse en varias formas:
Justificar conductas que sabemos que desagradan a Dios.
Ignorar convicciones que el Espíritu Santo pone en nosotros.
Escuchar la Palabra, pero no ponerla en práctica.
La solución es mantenernos sensibles a Su voz, cultivar una vida de humildad y arrepentimiento, y caminar en obediencia incluso cuando sea incómodo.
Preguntas de Aplicación:
-¿En qué área de tu vida tiendes a posponer la obediencia a Dios?
-¿Cómo puedes entrenar tu corazón para responder con humildad y prontitud a la voz del Señor?
-¿Qué pasos prácticos puedes dar hoy para evitar la insensibilidad espiritual?
Oración
Padre celestial, examina mi corazón y muéstrame si hay dureza o resistencia hacia tu voluntad. Perdóname por las veces que he escuchado tu voz y no he obedecido. Dame un espíritu sensible y dispuesto a seguirte sin demora. Que mi respuesta a tu llamado sea siempre: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. Amén.