DÍA 3: La Obediencia más allá de la Inseguridad
Lectura
Antiguo Testamento: Éxodo 7:8–13
Dios instruye a Moisés y Aarón a presentarse ante el faraón y realizar una señal milagrosa con la vara. Aunque enfrentan una audiencia hostil y la presión de un rey endurecido, ellos obedecen. Incluso cuando los hechiceros de Egipto imitan el milagro, la vara de Aarón se traga las otras, anticipando la supremacía del poder de Dios sobre toda resistencia humana.
Nuevo Testamento: Filipenses 2:12–16
Pablo exhorta a los creyentes a vivir con obediencia, no por obligación externa, sino con temor reverente ante Dios. Les recuerda que es Dios quien produce tanto el querer como el hacer en nosotros, y que esa obediencia brillante en un mundo oscuro es un testimonio vivo del evangelio
Versículo Clave
Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada.
Filipenses 2:13
Reflexiona
Hay momentos en que el llamado de Dios parece más grande que nuestras capacidades. Moisés lo sabía. Su inseguridad lo hizo protestar, dudar, y hasta rogar que enviaran a otro. Sin embargo, cuando llega el momento de obedecer, él y Aarón avanzan, temblorosos quizás, pero obedientes.
Este pasaje es un recordatorio de que la obediencia no exige perfección, sino disposición. Dios no está buscando personas completamente seguras de sí mismas, sino personas completamente confiadas en Él.
En Filipenses, Pablo nos recuerda que la obediencia no nace del esfuerzo humano, sino del trabajo interior de Dios. Él nos da tanto el deseo como el poder para obedecerle. Esto transforma la obediencia en un acto de fe y de dependencia, no de rendimiento personal.
¿Te sientes inseguro ante lo que Dios te pide? ¿Te paraliza el miedo a fallar, a no tener lo suficiente o a no ser suficiente? Dios no se equivoca al llamarte. Él ve más allá de tus debilidades y trabaja dentro de ti para lograr su propósito.
Aun cuando enfrentas oposición como Moisés frente a los magos egipcios Dios ya ha previsto cómo manifestará su poder. Lo que a ti te toca es decir "sí", confiar y actuar.
Preguntas de Reflexión:
-¿Qué parte del llamado de Dios en tu vida actual te genera más inseguridad o temor?
-¿Cómo cambiaría tu actitud si confiaras más en el poder de Dios trabajando dentro de ti que en tus propias capacidades?
-¿De qué manera puedes ejercitar una obediencia más activa esta semana, incluso cuando no te sientas completamente listo?
Oración
Señor, tú conoces mis inseguridades y dudas. A veces me siento incapaz, insuficiente o intimidado ante tu llamado. Pero hoy elijo confiar en ti. Ayúdame a obedecerte, no con confianza en mí mismo, sino en tu poder que trabaja en mí. Que cada paso que dé sea una expresión de fe y dependencia en ti. En el nombre de Jesús, amén.