DÍA 1: La Soberanía de Dios en la Historia
Lectura
Antiguo Testamento: Éxodo 6:13–27
Esta sección presenta la genealogía de Moisés y Aarón, resaltando su linaje levítico como respaldo de su autoridad ante el pueblo y el faraón. En medio del desaliento y la aparente ineficacia de Moisés, Dios reafirma su elección y su plan soberano, mostrando que nada en su obra es improvisado.
Nuevo Testamento: Romanos 8:28–30
Pablo declara con convicción que Dios orquesta todas las cosas para el bien de los que lo aman y han sido llamados conforme a su propósito eterno. No hay ningún accidente ni detalle fuera de Su plan: desde la predestinación hasta la glorificación, todo está en manos del Dios soberano.
Versículo Clave
Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.
Romanos 8:28
Reflexiona
Las genealogías, muchas veces ignoradas, revelan una profunda verdad espiritual: Dios está escribiendo una historia mucho más grande de lo que alcanzamos a ver. En Éxodo 6, Dios incluye nombres, generaciones y linajes para mostrarnos que Su plan redentor no empezó con Moisés, ni terminó con él. Cada nombre representa fidelidad, continuidad y propósito., solo como reflexión, en esta parte de la Biblia Dios menciona a Core, quien es Padre de quien más adelante escribirá algunos salmos.
Esto es especialmente alentador en momentos donde sentimos que nuestra vida no avanza o parece estancada o tal vez sentimos ser totalmente anónimos a los ojos de Dios. Tal vez, como Moisés, sientes que tus esfuerzos no producen fruto. Pero Dios dice: “Yo te escogí, te he formado, y estoy trabajando en ti y a través de ti.” Su soberanía no está ausente en los detalles; al contrario, se manifiesta en ellos.
Romanos 8:28 nos recuerda que aún los fracasos, rechazos, enfermedades o pérdidas no son obstáculos para Su propósito eterno. Él los usa, los redime y los entrelaza para nuestro bien. En otras palabras: Dios no improvisa. Él orquesta.
Moisés necesitaba saber que su historia tenía raíces. Tú también. Nada en tu pasado es ajeno a Dios; Él lo usa todo: tu familia, tus caídas, tus momentos de duda. Si amas a Dios y le sigues, puedes confiar que tu historia está en buenas manos.
Preguntas de Reflexión:
-¿Qué eventos de tu pasado pensaste que eran irrelevantes, pero ahora ves que Dios los usó para formarte?
-¿Cómo cambia tu perspectiva actual al recordar que Dios no improvisa, sino que orquesta?
-¿Qué parte de tu historia necesitas entregarle a Dios para que Él la redima con su propósito?
Oración:
Señor soberano, gracias porque no hay parte de mi historia que esté fuera de tu control. Aun cuando no entiendo tus caminos, puedo descansar en tu fidelidad. Ayúdame a confiar en que tú usas cada detalle de mi vida con un propósito eterno. Que mi corazón encuentre descanso en tu soberanía, y mis pasos se alineen con tu plan. En el nombre de Jesús, amén.