DÍA 2: La Carga que no Pedí
Lectura
Antiguo Testamento: Éxodo 5:6–9
En Éxodo, el faraón responde con dureza al pedido de Moisés: en lugar de alivio, impone cargas más pesadas al pueblo, exigiendo la misma producción sin proveer los materiales.
Nuevo Testamento: Mateo 11:28–30
En Mateo, Jesús ofrece descanso a los que están cansados y cargados, presentándose como el único que puede aliviar verdaderamente el peso del alma.
Versículo Clave
Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso.
Mateo 11:28
Reflexiona
¿Cuántas veces hemos sentido que hacer lo correcto nos complica más la vida? y nuestro pensamiento nos hace dudar y ser incredulos, Moisés obedece a Dios, va al faraón con valentía… y lo que sigue es una mayor opresión para su pueblo. Esto nos habla de una realidad: la obediencia no siempre estará acompañada de una respuesta inmediata. A veces, hacer lo que Dios nos pide no nos coloca en un camino más fácil, sino en uno más exigente y confuso, y por supuesto que nuestra paciencia será nuestro mejor aliado.
Pero en medio de esa carga impuesta por otros como la de los capataces egipcios, Jesús nos recuerda que hay un lugar donde sí podemos hallar descanso. No uno superficial, sino profundo: “descanso para el alma”. Él no solo carga con nuestro pecado, sino también con nuestro cansancio. Su yugo es fácil no porque la vida lo sea, sino porque Él lo comparte con nosotros.
Esta es una invitación a no desanimarnos cuando nuestra obediencia parezca "empeorar las cosas". Dios no se ha olvidado de nosotros; está formando algo más grande en medio del peso que hoy llevamos.
Preguntas de Reflexión:
-Identifica primero si estás siendo obediente
-Después realiza una lista de las cargas que no estás entregando a Jesús
-¿Cómo puedes aprender a descansar en la presencia de Dios, incluso en medio de la presión?
Oración
Señor, cuando las cargas de la vida se vuelven más pesadas por obedecerte, ayúdame a no dudar de tu amor ni de tu presencia. Enséñame a descansar en ti, sabiendo que tu yugo es suave y que tú caminas conmigo en cada paso. Amén.