DÍA 2: Cuando la Inseguridad habla más fuerte
Lectura
Antiguo Testamento: Éxodo 4:10–13
En Éxodo, Moisés sigue respondiendo al llamado de Dios, pero esta vez se excusa con su falta de elocuencia. Declara: “Nunca he sido bueno para hablar”. Aunque Dios le asegura que Él mismo capacita y pone palabras en la boca de los llamados, Moisés insiste tanto que Dios se enoja.
Nuevo Testamento: 2 Corintios 3:4–6
En 2 Corintios, Pablo afirma que nuestra competencia proviene de Dios, no de nuestras habilidades. Él nos capacita como ministros del nuevo pacto, no por mérito, sino por gracia.
Versículo Clave
No es que pensemos que estamos capacitados para hacer algo por nuestra propia cuenta. Nuestra aptitud proviene de Dios.
2 Corintios 3:5
Reflexiona
La inseguridad puede ser uno de los enemigos más sutiles del llamado de Dios. No grita con fuerza, pero susurra con persistencia: “No eres suficiente”. Moisés conocía sus limitaciones, y en lugar de confiar en el poder del que lo llamaba, se enfocó en sus defectos.
Nos pasa igual: dudamos, titubeamos, nos convencemos de que no somos capaces. Pero el llamado de Dios nunca se basa en nuestras habilidades. Se basa en su propósito eterno y en su presencia que nos capacita.
Dios no busca personas que se creen autosuficientes, sino disponibles. El evangelio no exalta la autosuperación, sino la dependencia del poder de Dios. La madurez espiritual no se mide por lo elocuente que eres, sino por cuán dispuesto estás a obedecer a pesar de tus debilidades.
Preguntas de Aplicación:
¿Qué tipo de inseguridades han frenado tu obediencia al llamado de Dios?
-Cómo se vería en tu vida diaria una dependencia real de la capacidad de Dios y no de la tuya?
-¿Qué pasaría si dejaras de esperar a “sentirte listo” y empezaras a obedecer con fe?
Oración
Padre, reconozco mis limitaciones y lo fácil que me resulta enfocarme en mis inseguridades. Pero hoy quiero levantar la mirada y confiar en que tú me haces apto. Enséñame a obedecer, incluso cuando no me siento preparado, sabiendo que tú eres suficiente en mi debilidad. Amén.