DÍA 1: El Llamado de Dios

DÍA 1: El Llamado de Dios

Lectura

Antiguo Testamento: Éxodo 3:1-12

Aquí, Dios interrumpe la rutina de Moisés, quien cuidaba ovejas en el desierto, para revelarse a él de una forma poderosa: una zarza que ardía sin consumirse. Desde ese fuego, Dios le entrega un llamado extraordinario: liberar a Su pueblo de la esclavitud en Egipto. Moisés duda, se siente incapaz, pero Dios le responde con una promesa clave: Yo estaré contigo.”

Nuevo Testamento: Mateo 4:18-22

En Mateo 4:18–22, Jesús también llama. Lo hace con autoridad pero sin imposición. Llama a Simón, Andrés, Jacobo y Juan con una invitación sencilla pero radical: “Síganme.” Ellos dejan todo: redes, barcas, familia, seguridad... para seguir al Maestro.

Ambos pasajes nos muestran una misma verdad: Dios llama con propósito, y su presencia siempre acompaña a los que obedecen.

Versículo Clave

Dios contestó: 'Yo estaré contigo. Y esta es la señal para ti de que yo soy quien te envía: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, adorarán a Dios en este mismo monte.

Éxodo 3:12 (NTV)

Reflexiona

El llamado de Dios no siempre llega cuando todo está en orden. Muchas veces interrumpe lo cotidiano, lo cómodo, lo conocido. Moisés estaba en el desierto. Los discípulos estaban trabajando. Y tú, ¿en qué estás ahora? Porque Dios sigue llamando.

Pero su llamado rara vez se basa en tus habilidades. Se basa en su presencia. Moisés no fue llamado porque era fuerte. Fue llamado porque Dios estaba con él. Los discípulos no fueron elegidos por ser expertos, sino porque estarían cerca de Jesús.

Quizás sientes que no estás calificado. Que hay otras personas más preparadas. Más libres. Más capaces. Pero Dios no busca currículos, busca corazones dispuestos.

¿Y qué sucede cuando obedeces? Como dijo Dios a Moisés: “Me adorarán aquí mismo.”

La obediencia al llamado siempre termina en adoración. Porque cuando caminas con Dios, todo cobra sentido.

Preguntas de Aplicación:

-¿En qué parte de tu vida cotidiana podrías estar ignorando un llamado de Dios por parecerte “demasiado simple” o “demasiado difícil”?

-¿Qué excusas estás usando para evitar dar el paso de fe que Dios te está pidiendo hoy?

-¿Cómo cambiaría tu respuesta si realmente creyeras que Dios está contigo en cada paso.

Oración:

Señor, gracias por seguir llamando a personas comunes como yo para cumplir tus propósitos eternos. Aun cuando me siento insuficiente o temeroso, recuérdame que tu presencia me acompaña. Ayúdame a reconocer tu voz en medio de mi rutina, a confiar más en tu poder que en mis capacidades, y a obedecer con fe cada paso que me pidas dar. Amén.