DÍA 3: Interceder cuando todo parece perdido: El poder de ponerse en la brecha
Lectura
Antiguo Testamento: Éxodo 32:11–14, 30–32
Moisés, en vez de abandonar al pueblo por sus errores, ruega a Dios que los perdone, incluso ofreciéndose a sí mismo a favor de ellos. La intercesión cambia el destino de muchos y muestra la profundidad de un liderazgo compasivo.
Nuevo Testamento: 1 Timoteo 2:1–4
Pablo exhorta a los creyentes a orar y pedir por todos, incluso por aquellos que parecen lejos o equivocados, porque Dios desea salvar y restaurar a todos.
Versículo Clave
Ahora, si solo perdonaras su pecado; pero si no, ¡borra mi nombre del registro que has escrito!
Éxodo 32:32
Reflexiona
Cuando otros fallan, la reacción más humana es señalar, desentenderse o sentirse superior. Moisés hace justo lo opuesto: se pone en la brecha, intercede, está dispuesto incluso a perderlo todo por amor a su pueblo. Este corazón nos confronta profundamente: ¿hay alguien a mi alrededor que necesita de mi paciencia, mi oración, mi perdón o mi compromiso, aunque no lo merezca? Interceder significa involucrarse, tomar tiempo y a veces incluso cargar con problemas ajenos para que la gracia de Dios fluya.
En tu semana, pregúntate: ¿a quién puedo sostener en oración constante, animar, buscar o defender cuando otros le dan la espalda? Nada modela más a Cristo que orar y actuar por quienes menos lo esperan o aparentemente más han fallado. Así es como el Reino se fortalece y los milagros suceden en lo profundo.
Preguntas de reflexión
-¿Por quién debo interceder con mayor compromiso y fe durante estos días?
-¿He dado por perdido a alguien por sus errores? ¿Qué haría Moisés en mi lugar?
-¿Qué acción concreta puedo hacer hoy para acercarme, animar o reconciliar como intercesor fiel?
Oración
Padre, pon en mí un corazón de intercesor. Dame compasión y valor para amar, orar y ayudar aun a quienes han fallado, como tú lo hiciste conmigo. Amén.