DÍA 3

DÍA 3

Lectura

Antiguo Testamento: Éxodo 3:1-12

Esta porción de la Biblia narra el momento en que Dios llama a Moisés desde una zarza ardiente en el desierto. Moisés, que llevaba años en el anonimato como pastor, escucha un llamado sorprendente: liberar al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. Dios le recuerda que ha visto el sufrimiento de su pueblo y ha decidido actuar… y quiere usar a Moisés como su instrumento.

Nuevo Testamento: Juan 3:16-17

Esta porción del Evangelio de Juan nos muestra otro envío, esta vez mucho más profundo: Dios envía a su Hijo, no para condenar al mundo, sino para salvarlo. Así como Moisés fue llamado a rescatar al pueblo de Egipto, Jesús fue enviado para traer libertad eterna a todos los que crean en Él.

Versículo Clave

Ahora ve, porque te envío al faraón. Tú vas a sacar de Egipto a mi pueblo Israel.

Éxodo 3:10

Reflexiona

Dios no llama a los capacitados, sino que capacita a los que llama. Moisés no estaba buscando protagonismo, ni se sentía listo para ser un líder. De hecho, su primera reacción fue dudar: “¿Quién soy yo para ir?”. Y aún así, Dios le respondió con lo más poderoso que podía decirle: “Yo estaré contigo”.

Esta historia nos recuerda que el llamado de Dios no depende de nuestra fuerza, sino de su presencia. Lo que parece imposible en nuestras manos se vuelve posible cuando es Dios quien guía el camino. Y así como Moisés fue enviado con un propósito claro, nosotros también somos llamados cada día a ser parte del plan de Dios: llevar esperanza, consuelo, verdad y salvación a un mundo que lo necesita.

¿Te has sentido pequeño frente a una tarea que Dios ha puesto delante de ti? Recuerda: si Él te llama, él va contigo. Y si Jesús fue enviado para salvarnos, ahora somos nosotros quienes, por su gracia, llevamos su mensaje de libertad.

Preguntas de Aplicación:

-¿Qué excusas estás usando hoy para evitar el llamado que sabes que Dios te ha hecho?

-¿Qué personas o ambientes te rodean hoy que necesitan conocer el mensaje de salvación de Jesús?

-¿Cómo puedes ejercitar una fe activa que confíe más en la presencia de Dios que en tus propias habilidades?

Oración

Padre, gracias por llamarme con un propósito eterno. Perdóname cuando dudo, cuando me escondo, o cuando me siento incapaz. Recuérdame que tu presencia es suficiente para lo que me has pedido hacer. Ayúdame a vivir con valor, siendo instrumento de tu salvación en donde tú me has puesto. Amén.