DÍA 4: Un Dios presente en cada parte: Santidad en lo práctico

DÍA 4: Un Dios presente en cada parte: Santidad en lo práctico

Lectura

Antiguo Testamento: Éxodo 26:31–37; 27:1–19

Dios detalla la cortina del Lugar Santísimo, el altar y el atrio, mostrando que cada área desde lo más sagrado hasta el patio exterior importa y participa en Su presencia y propósito.

Nuevo Testamento: Hebreos 10:19–22

Por la obra de Cristo tenemos entrada directa en la presencia de Dios, y esto transforma cada área de nuestra vida en lugar de comunión y santidad.

Versículo Clave

Cuelga con broches la cortina interior y coloca el arca del pacto en la sala detrás de la cortina. Esta cortina separará el Lugar Santo del Lugar Santísimo.

Éxodo 26:33

Reflexiona

Dios no divide la vida en “sectores”: cada parte, desde el altar hasta el patio, está bajo su atención. La santidad no empieza y termina en el culto o el devocional; debe impregnar el trato con la gente, el manejo del dinero, la ética en el trabajo, el uso del tiempo, la manera de descansar y divertirse. Cristo rompió la cortina y nos dio acceso pleno, pero nos llama a llevar esa presencia a cada rincón: lo público, lo privado, lo íntimo y lo común.

La madurez consiste en no dejar espacios sin Dios. Revisate hoy: ¿hay áreas que parecen fuera del alcance divino, donde la fe no determina el modo de ser y actuar? Haz de cada tarea oportunidad de santificación, viendo a Dios en lo práctico, hablando de Él en conversaciones sencillas y buscando pureza en las intenciones. La santidad es exigente porque es liberadora: nos saca de la doble vida y nos llena de paz en la integridad.

Preguntas de reflexión

-¿Hay áreas en mi vida (relacional, laboral, personal) donde no he permitido que Dios reine con santidad y presencia?

-¿Qué hábito puedo transformar para convertirlo en un espacio de encuentro con Dios, no solo rutina?

-¿Quién puede ser mi apoyo para animarme a traer santidad y propósito en los espacios donde más me cuesta?

Oración

Padre, que toda mi vida sea tu santuario. Enséñame a llevar tu santidad y presencia a cada rincón, para que tú seas honrado y yo camine en verdadera libertad. Amén.