DÍA 1: Espacios sagrados: Encontrar a Dios en lo cotidiano

Lectura

Antiguo Testamento: Éxodo 25:8–22

Dios da instrucciones para construir el Tabernáculo y el Arca, un lugar específico donde Él promete encontrarse con Su pueblo. La santidad se expresa en preparar espacios de comunión y encuentro.

Nuevo Testamento: 1 Corintios 6:19–20

Pablo enseña que, ahora, nuestros cuerpos son templo del Espíritu Santo y el lugar donde Dios se manifiesta. La vida diaria se convierte en Tabernáculo viviente, donde el encuentro con Dios es posible en cualquier momento.

Versículo Clave

»Haz que los israelitas me construyan un santuario para que yo habite en medio de ellos.

Éxodo 25:8

Reflexiona

Dios no pide distancia, pide espacios reales para habitar en lo cotidiano. El Tabernáculo enseñaba que la vida espiritual no está separada de lo común: Dios busca habitar en medio de nuestro trabajo, nuestras conversaciones y las rutinas familiares. Hoy, el principio sigue igual. ¿Estamos haciendo hueco para que Dios esté presente en nuestro tiempo, alimentación, descanso, decisiones? Preparar “espacios sagrados” es más que construir un altar físico; es apartar minutos en el día, limpiar el corazón con honestidad, y decidir volver el día a día un terreno fértil para el encuentro.

Hazte la pregunta: ¿Dónde es mi “tabernáculo” hoy? Tal vez es la mesa familiar, el espacio de oración al despertar, la caminata sola o el reconocimiento de Dios en el tráfico o la oficina. El desafío es no confinar a Dios a una hora y lugar, sino dejar que se instale en medio de cada tarea y reunión. Cuando hacemos espacio, la vida se llena de propósito y presencia, y vemos a Dios obrando en cada detalle.

Preguntas de reflexión

-¿En qué rincón de mi día puedo invitar a Dios para que lo convierta en espacio sagrado?

-¿Qué práctica concreta puedo añadir para recordar la presencia de Dios en lo cotidiano?

-¿Cómo puedo ayudar a mi familia o equipo a tener momentos donde ven y sienten a Dios en medio de la rutina?

Oración

Señor, que mi vida sea tu Tabernáculo. Haz de mi día a día tu hogar y enséñame a prepararte espacio en cada momento. Habita en mi corazón y en mi casa. Amén.