DÍA 3: Comer ante Dios: Cuando la comunión se vuelve experiencia
Lectura
Antiguo Testamento: Éxodo 24:9–11
Moisés, Aarón, Nadab, Abiú y los ancianos suben y ven a Dios, compartiendo una comida en Su presencia. Es un momento único de comunión y asombro, recordando que Dios quiere relación y disfrute auténtico.
Nuevo Testamento: Apocalipsis 3:20
Jesús invita a abrir la puerta del corazón para cenar juntos, señal de comunión continua y personal, no solo doctrina sino relación viva.
Versículo Clave
Aunque estos nobles de Israel pudieron contemplar a Dios, él no los destruyó. De hecho, compartieron una comida para celebrar el pacto, en la cual comieron y bebieron en su presencia.
Éxodo 24:11
Reflexiona
Dios no quiere solo obediencia distante; anhela comunión real, momentos donde Su pueblo experimenta Su presencia en lo más básico y cotidiano. Comer juntos, en la cultura bíblica, simboliza aceptación y amistad. Así como aquellos líderes comieron ante Dios, a diario somos invitados a disfrutar de Su compañía, a saber que fe madura y alegría pueden ir juntas.
La vida cristiana gana fuerza y sentido cuando la espiritualidad toca la mesa, los horarios, los trabajos y las conversaciones. Hacer a Dios parte de lo común transforma la rutina en un altar y la soledad en banquete. Elige hoy sentarte a Su mesa: al orar, al agradecer el alimento, al abrir la Biblia, al reír con la familia o perdonar a un amigo, practica la presencia de Dios en lo concreto.
Preguntas de reflexión
-¿Cómo puedo reconocer y celebrar más la presencia de Dios en lo cotidiano?
-¿A qué actividad sencilla puedo invitar intencionalmente a Dios hoy una comida, una charla, un descanso?
-¿Cómo puedo ayudar a hacer de mi casa, grupo o iglesia una comunidad de verdadera comunión y gozo espiritual?
Oración
Jesús, ven y hazte presente en mi vida diaria. Que tu compañía llene mi mesa, mis palabras y mis decisiones. Amén.