DÍA 2: El poder del compromiso: Promesas que se ratifican con acciones
Lectura
Antiguo Testamento: Éxodo 24:5–8
Moisés construye un altar y sacrifica, rociando la sangre sobre el pueblo como señal de compromiso mutuo con Dios. El pueblo acepta obedecer la Palabra y vivir según el pacto renovado.
Nuevo Testamento: Lucas 22:19–20
Jesús, en la última cena, toma la copa y declara el Nuevo Pacto en Su sangre, llamándonos a recibir y responder de manera activa a Su amor y perdón.
Versículo Clave
Luego tomó el libro del pacto y lo leyó al pueblo en voz alta. Una vez más todos respondieron: «Haremos todo lo que el Señor ha ordenado. Vamos a obedecer».
Éxodo 24:7
Reflexiona
Comprometerse con Dios nunca es solo algo mental o emocional. Implica sellar decisiones con acciones y símbolos visibles. En Sinaí fue sangre, altar y palabra; hoy, nuestra vida y práctica cotidiana. Decimos que queremos cambiar, madurar, vivir diferente, pero sin compromiso no hay crecimiento real. Dios honra promesas, pero también espera decisiones activas y coherentes: pedir perdón, cortar con lo que no edifica, buscar reconciliación, priorizar lo espiritual, servir a otros.
En la vida cristiana, la cena del Señor es símbolo de pacto verdadero: aceptación, perdón, entrega y futuro compartido. Renovar el compromiso a diario —por simple que sea la acción es clave para madurar, perseverar e inspirar a otros a dar pasos firmes.
Preguntas de reflexión
-¿Hay un compromiso reciente con Dios que necesitas llevar a la práctica de inmediato?
-¿A quién debes rendir cuentas o pedir apoyo para no retroceder en tu decisión espiritual?
-¿Qué símbolo (anotar, testificar, servir, etc.) puede ayudarte a recordar y vivir tu compromiso esta semana?
Oración
Padre, ayúdame a ser coherente en mi compromiso contigo. Que cada promesa que hago se vuelva acción concreta y testimonio para otros. Amén.