DÍA 2: Prepararse para encontrar a Dios: santidad que se nota

DÍA 2: Prepararse para encontrar a Dios: santidad que se nota

Lectura

Antiguo Testamento: Éxodo 19:7–15

El pueblo acepta el pacto. Dios manda a santificarse por dos días, lavar sus ropas y estar listos para el tercer día, cuando Él descenderá a la vista de todos. La preparación es comunitaria y visible.

Nuevo Testamento: Hebreos 12:14

Busquen vivir en paz con todos y llevar una vida santa; sin santidad nadie verá al Señor. La santidad es un llamado práctico y relacional.

Versículo Clave

Después el Señor le dijo a Moisés: «Desciende y prepara al pueblo para mi llegada. Conságralos hoy y mañana, y haz que laven sus ropas. Asegúrate de que estén preparados para el tercer día, porque ese día el Señor descenderá sobre el monte Sinaí a la vista de todo el pueblo.

Éxodo 19:10–11

Reflexiona

Encontrar a Dios comienza antes del encuentro. La preparación no es superstición, es simplemente eso una preparación: el Dios que salva también ordena la vida. Lavar la ropa, esperar el tiempo, guardar límites: actos concretos que alinean corazón y hábitos. Santidad no es rareza ni rigidez; es coherencia: lo que creo se vuelve visible en mi trato, mis pantallas, mis palabras, mi agenda.

Nuestra época valora lo instantáneo; Dios nos educa con “hoy y mañana”.

La santificación toma tiempo y acciones repetidas. ¿Cómo se ve “lavar la ropa” hoy? Confesar sin excusas, limpiar conversaciones, ordenar prioridades, cortar con prácticas grises, reparar daños. La santidad es comunitaria: familias e iglesias se preparan juntos cuando acuerdan ritmos de oración, descanso y reconciliación.

Observa cómo la preparación cambia tu percepción de la presencia de Dios en lo ordinario.

Preguntas de Reflexión

-¿Qué “ropa” necesitas lavar hoy (un hábito, una relación, un pensamiento recurrente)?

-¿Qué práctica concreta podrías adoptar para exponerte mas a la presencia de Dios?

-¿Cómo se nota tu santidad en casa y trabajo sin palabras religiosas, solo en hechos?

Oración

Dios santo, enséñame a preparar el corazón y la casa. Limpia mis motivaciones y ordena mis pasos. Que mi santidad sea visible en servicio, verdad y paz. Amén.