DÍA 1: Cuando la familia escucha las maravillas de Dios

DÍA 1: Cuando la familia escucha las maravillas de Dios

Lectura

Antiguo Testamento: Éxodo 18:1–9

Jetro, suegro de Moisés, visita a Moisés después de escuchar cómo Dios ha liberado a Israel. Moisés, lleno de gratitud, relata los milagros al detalle y ambos se alegran juntos por la intervención divina en la historia familiar.

Nuevo Testamento: Lucas 8:39

Jesús le pide al hombre liberado que regrese a su familia y les cuente lo que Dios ha hecho por él. La fe personal tiene un impacto directo en el hogar y transforma a quienes nos rodean.

Versículo Clave

Moisés le contó a su suegro todo lo que el Señor les había hecho al faraón y a los egipcios a favor de Israel. También le habló de todas las privaciones que habían sufrido a lo largo del camino y de cómo el Señor había librado a su pueblo de las dificultades.

Éxodo 18:8

Reflexiona

Hay momentos en que nuestra historia espiritual impacta directamente la atmósfera de nuestro hogar. Moisés no escatima detalles; comparte con sinceridad los triunfos y dificultades, permitiendo que Jetro no sólo escuche, sino que viva y celebre las maravillas de Dios como propias. Cuántas veces hemos subestimado el poder de un testimonio compartido en familia: una oración respondida, un cambio de rumbo, una reconciliación inesperada, la provisión en un momento de crisis.

El hogar puede convertirse de rutina y conflicto en un "altar" de memoria viva cuando somos intencionales en compartir lo que Dios ha hecho. No se trata sólo de contar victorias; los desafíos y luchas, narrados con honestidad, unen corazones y derriban muros invisibles. Niños, adolescentes y adultos encuentran identidad y esperanza en historias reales, no perfectas, de fe y perseverancia.

En la práctica, la mesa familiar puede transformarse en lugar de oración, gratitud y narración. La humildad de Moisés al reconocer los problemas y el rescate es ejemplo para cada padre, madre, hijo, hermano. Una familia que escucha las maravillas de Dios aprende a mirar los problemas con otros ojos y a esperar lo imposible con confianza renovada.

Preguntas de reflexión

-¿Cuándo fue la última vez que compartí sinceramente a mi familia cómo Dios me ha ayudado?

-¿De qué manera puedo hacer del diálogo espiritual una práctica habitual en mi hogar?

-¿Qué dificultad presente podría ser el próximo testimonio para mi familia y cómo puedo prepararme para compartirlo?

Oración

Dios, vuelve mi familia un lugar de memoria viva y esperanza. Ayúdame a ser valiente y transparente, contando tus maravillas y luchas con sinceridad para que la fe crezca en todos nosotros. Haz de nuestro hogar un altar donde tu grandeza sea recordada y celebrada. Amén.