DÍA 4: La presencia que guía: avanzar aun en lo desconocido

DÍA 4: La presencia que guía: avanzar aun en lo desconocido

Lectura

Antiguo Testamento: Éxodo 13:17–22

Dios guía a Israel por el camino hacia el Mar Rojo, no de manera directa sino por un sendero inesperado, acompañándolos como columna de nube y de fuego. Su presencia se vuelve la garantía en la travesía desconocida y desafiante.

Nuevo Testamento: Juan 14:16–17

Jesús promete que el Espíritu Santo estará con los creyentes, guiando y acompañando en todo momento, aun cuando el camino de la vida no es claro ni sencillo.

Versículo Clave

El Señor iba delante de ellos, y los guiaba durante el día mediante una columna de nube y les daba luz durante la noche con una columna de fuego. Esto les permitía viajar de día y de noche.

Éxodo 13:21

Reflexiona

El viaje de fe es a menudo por caminos inesperados. Dios no llevó a Israel por la ruta lógica, sino por la que fortalecería su dependencia y el carácter comunitario. Hay etapas en que lo que más necesitamos no es entender el destino, sino tener certeza de que Dios va con nosotros. La columna de nube y de fuego es imagen de la guía divina, la presencia constante aun cuando no todo tiene sentido.

Hoy, la presencia del Espíritu Santo es la columna que alumbra los pasos, te sostiene en los miedos y te incentiva en las dudas. Haz de la presencia de Dios tu mayor seguridad: ora, busca momentos de silencio, practica discernimiento y aprende a escuchar. Refuerza grupos de apoyo espiritual y comparte caminos vitales. Decide avanzar cada día aunque el mapa no esté claro, porque su presencia es más importante que las certezas.

Habla con Dios de tus miedos, pide tranquilidad para los pasos inciertos y decide no caminar solo nunca más.

Preguntas de reflexión

-¿En qué área de mi vida necesito depender más de la guía y la presencia de Dios?

-¿Cómo puedo buscar y practicar la atención a la voz del Espíritu Santo?

-¿Quiénes son columna espiritual para mí y cómo puedo fortalecer esa comunión?

Oración

Señor, guíame en cada paso, aun cuando no entiendo el camino. Que tu presencia me sostenga y anime cuando el temor me acose. Ayúdame a confiar más en ti que en mis propias fuerzas, y a seguir guiado por tu luz día y noche. Amén.