DÍA 3: Resistencia y Fidelidad
Lectura
Antiguo Testamento
Con el tiempo, José y sus hermanos murieron y toda esa generación llegó a su fin. Pero sus descendientes—los israelitas—tuvieron muchos hijos y nietos. De hecho, se multiplicaron tanto que llegaron a ser sumamente poderosos y llenaron todo el territorio.
Tiempo después, subió al poder de Egipto un nuevo rey que no conocía nada de José ni de sus hechos. El rey le dijo a su pueblo: «Miren, el pueblo de Israel ahora es más numeroso y más fuerte que nosotros. Tenemos que idear un plan para evitar que los israelitas sigan multiplicándose. Si no hacemos nada, y estalla una guerra, se aliarán con nuestros enemigos, pelearán contra nosotros, y luego se escaparán del reino».
Por lo tanto, los egipcios esclavizaron a los israelitas y les pusieron capataces despiadados a fin de subyugarlos por medio de trabajos forzados. Los obligaron a construir las ciudades de Pitón y Ramsés como centros de almacenamiento para el rey. Sin embargo, cuanto más los oprimían, más los israelitas se multiplicaban y se esparcían, y tanto más se alarmaban los egipcios. Por eso los egipcios los hacían trabajar sin compasión. Les amargaban la vida forzándolos a hacer mezcla, a fabricar ladrillos y a hacer todo el trabajo del campo. Además, eran crueles en todas sus exigencias.
Éxodo 1:6-14
Nuevo Testamento
Por lo tanto, ya que fuimos hechos justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros. Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la gloria de Dios.
También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor.
Romanos 5:1-5
Éxodo 1:6-14
Tras la muerte de José y sus hermanos, el pueblo de Israel creció considerablemente en Egipto. Sin embargo, esto provocó temor en el nuevo faraón, quien los esclavizó y los oprimió con trabajos forzados. La vida de los israelitas se volvió amarga, pesada, insoportable. Y aunque parecía que Dios estaba ausente, la historia nos muestra que su presencia y plan estaban intactos.
Romanos 5:1-5
Pablo nos recuerda que aun cuando sufrimos, podemos tener paz con Dios por medio de Jesucristo. Las pruebas, aunque dolorosas, no son inútiles: Dios las usa para formar nuestro carácter, desarrollar perseverancia y fortalecer la esperanza. El dolor, en las manos de Dios, se convierte en un taller donde moldea nuestro corazón.
Versículo Clave
También nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación.
Romanos 5:3-4
Reflexiona
¿Qué haces cuando el sufrimiento se vuelve una rutina? Cuando el cansancio emocional, espiritual y físico parece no terminar… ¿Dónde está Dios?
Israel vivió eso. Día tras día, trabajo tras trabajo, opresión tras opresión. Y aunque no hay intervención divina inmediata, el texto deja pistas de que Dios no estaba ausente, estaba preparando algo más grande.
A veces interpretamos el silencio de Dios como abandono, pero la Palabra nos enseña que Él se mueve incluso cuando no lo sentimos. Romanos 5 nos asegura que los procesos dolorosos no son desperdiciados: son parte del camino hacia una esperanza que no avergüenza.
Hoy, quizás no veas la salida. Pero puedes estar seguro de que si Dios permitió la prueba, también está produciendo algo valioso en tu interior. El dolor puede ser real, pero la presencia de Dios también lo es. Él no nos deja en medio de la lucha.
Preguntas de Aplicación:
-¿Hay alguna situación difícil en tu vida que hayas interpretado como ausencia de Dios?
-¿Qué evidencia puedes encontrar de que Dios ha estado trabajando en tu corazón durante la prueba?
-¿Cómo podrías vivir con más confianza y paz, sabiendo que tu sufrimiento no es en vano?
Oración
Señor, cuando el dolor me abruma y no entiendo lo que haces, recuérdame que no me has dejado. Ayúdame a confiar en tu presencia silenciosa, y a ver que incluso en el sufrimiento estás formando mi carácter y fortaleciendo mi esperanza. Enséñame a encontrar gozo, no en la prueba, sino en lo que tú estás haciendo en mí a través de ella. Amén.