DÍA 2: Dios Provee en Medio de la Escasez
Lectura
Antiguo Testamento
Después, el faraón, rey de Egipto, dio la siguiente orden a las parteras hebreas Sifra y Pua: «Cuando ayuden a las mujeres hebreas en el parto, presten mucha atención durante el alumbramiento. Si el bebé es niño, mátenlo; pero si es niña, déjenla vivir». Sin embargo, como las parteras temían a Dios, se negaron a obedecer las órdenes del rey, y también dejaron vivir a los varoncitos.
Entonces el rey de Egipto mandó llamar a las parteras:
—¿Por qué hicieron esto?—les preguntó—. ¿Por qué dejaron con vida a los varones?
—Las mujeres hebreas no son como las egipcias—contestaron ellas—, son más vigorosas y dan a luz con tanta rapidez que siempre llegamos tarde.
Por eso Dios fue bueno con las parteras, y los israelitas siguieron multiplicándose, y se hicieron cada vez más poderosos. Además, como las parteras temían a Dios, él les concedió su propia familia.
Entonces el faraón dio la siguiente orden a todo su pueblo: «Tiren al río Nilo a todo niño hebreo recién nacido; pero a las niñas pueden dejarlas con vida».
Éxodo 1:15-22
Nuevo Testamento
¡Cuánto alabo al Señor de que hayan vuelto a preocuparse por mí! Sé que siempre se han preocupado por mí, pero no tenían la oportunidad de ayudarme. No es que haya pasado necesidad alguna vez, porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas. De todos modos, han hecho bien al compartir conmigo en la dificultad por la que ahora atravieso.
Como saben, filipenses, ustedes fueron los únicos que me ayudaron económicamente cuando les llevé la Buena Noticia por primera vez y luego seguí mi viaje desde Macedonia. Ninguna otra iglesia hizo lo mismo. Incluso cuando estuve en Tesalónica, ustedes me mandaron ayuda más de una vez. No digo esto esperando que me envíen una ofrenda. Más bien, quiero que ustedes reciban una recompensa por su bondad.
Por el momento, tengo todo lo que necesito, ¡y aún más! Estoy bien abastecido con las ofrendas que ustedes me enviaron por medio de Epafrodito. Son un sacrificio de olor fragante aceptable y agradable a Dios. Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.
¡Toda la gloria sea a Dios nuestro Padre por siempre y para siempre! Amén.
Filipenses 4:10-20
Éxodo 1:15-22
En un intento desesperado por frenar el crecimiento del pueblo de Israel, el faraón ordena que todos los recién nacidos varones hebreos sean asesinados. Sin embargo, dos parteras Sifrá y Fuá temen a Dios más que al rey, y por ello desobedecen el mandato. Su valentía y reverencia por Dios provocan una bendición sobre ellas y sus familias. Aunque parecía un tiempo oscuro y sin esperanza, Dios ya estaba actuando, protegiendo a su pueblo a través de la fidelidad de estas mujeres.
Filipenses 4:10-20
Pablo escribe desde prisión, agradeciendo la generosidad de los filipenses. Aunque ha vivido en abundancia y también en necesidad, ha aprendido a contentarse en cualquier situación. Sin embargo, recalca algo esencial: su confianza no está en las circunstancias, sino en el Dios que provee todo. Les asegura que el mismo Dios que lo ha sostenido a él también suplirá todas sus necesidades conforme a Su inmensa riqueza.
Versículo Clave
Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.
Filipenses 4:19
Reflexiona
¿Cuántas veces hemos sentido que lo que tenemos no es suficiente? Ya sea dinero, tiempo, fuerzas, oportunidades... pareciera que nunca alcanza. Vivimos en un mundo donde la escasez real o percibida puede paralizar nuestra fe. Sin embargo, la Palabra de Dios nos invita a mirar con otros ojos.
Sifrá y Fuá pudieron haber actuado con miedo o resignación, pero eligieron confiar en que obedecer a Dios era más importante que temer al hombre. Y no solo se salvaron vidas gracias a su decisión, sino que Dios las honró con favor y descendencia.
Pablo, por su parte, escribe desde una celda fría, pero su corazón rebosa de gratitud. Su bienestar no dependía de lo que tenía, sino de a quién pertenecía. Y nos recuerda que, así como Dios ha sido fiel en su vida, también lo será con nosotros.
Dios no promete que nunca enfrentaremos necesidad. Pero sí promete caminar con nosotros, sostenernos, y proveer en su tiempo. A veces su provisión es tangible, otras veces es paz, dirección o personas a nuestro alrededor. Lo importante es recordar: no estamos solos, ni desamparados.
Preguntas de Aplicación:
-¿Qué área de tu vida hoy te hace sentir escasez emocional, financiera, espiritual y cómo puedes presentarla sinceramente ante Dios?
-¿Hay una decisión que Dios te está llamando a tomar en obediencia, aun si parece difícil o arriesgada?
-¿Estás dispuesto a contentarte en cualquier circunstancia, confiando en que Dios está contigo y suplirá lo necesario?
Oración
Señor, en momentos de necesidad o escasez, quiero aprender a confiar en tu provisión más que en mis recursos. Enséñame a vivir con fe, con obediencia y con esperanza, sabiendo que tú eres un Dios que cuida de sus hijos. Gracias por ser fiel, incluso cuando todo a mi alrededor parece inestable. Hoy descanso en tu promesa y en tu presencia. Amén.