Boletín Mujeres en Gracia | Elegir la Verdad en lugar de las Mentiras | Enero 2026
La mentira de “no necesito a la iglesia” nos aísla del cuerpo de Cristo, y cuando estamos aislados somos más débiles y vulnerables a creer muchas otras mentiras. De esa manera, Satanás se asegura de impedir que podamos vivir en la libertad que Jesús ya pagó en la cruz por nosotras.
Cuando vivimos lejos de la iglesia, es difícil vivir una fe verdadera, ya que no podemos desarrollar muchas áreas importantes de nuestra fe, como, por ejemplo, poner a otros primero, amar y dar sin pedir nada a cambio, despojarnos de nosotros mismos, ser generosos y practicar el perdón, tanto al pedirlo como al darlo. En fin, la comunidad que encontramos en la iglesia nos reta y fortalece nuestra fe.
Una de las razones más comunes por las que las personas no quieren ir a la iglesia es porque fueron heridas por alguien dentro de ella. Por eso, creo que no está de más recordar que la iglesia está llena de personas imperfectas; por lo tanto, cuando vamos a la iglesia debemos recordar que no se trata de nosotros ni de nadie más que de Cristo. Él es el centro de la iglesia y la razón de su existencia.
Asistir a la iglesia no siempre fue una prioridad en mi vida. Formar parte de la comunidad de la iglesia era algo que al principio no entendía, e ir a servir un domingo a otras personas también se veía como algo raro.
Crecí asistiendo a la iglesia, pero mis padres iban más por tradición y costumbre; entonces asistíamos, pero éramos simplemente espectadores.
Fue hasta que cumplí dieciocho años que decidí involucrarme más en la iglesia. Llené algo parecido a lo que ahora llamamos una tarjeta de conexión, y en esta tarjeta pedía que, por favor, me asignaran a un grupo de comunidad, porque en ese momento mi motivación para acercarme a la iglesia era encontrar amigos. Lo que no me imaginaba era que los planes de Dios eran muchísimo más grandes.
Puedo decir que desde ese momento mi fe y mi relación con Dios empezaron a crecer y madurar de muchísimas maneras. Experimentar la iglesia de Cristo aquí en la tierra ha marcado un antes y un después en mi fe, porque por medio de ella he podido experimentar su amor, su abrazo, su provisión y su cuidado de maneras que solo Dios puede hacer. De la misma manera, he podido dar un poquito de lo que he recibido por medio de Cristo, sirviendo a otros.
Hoy en día doy gracias a Dios porque Él sabía que nos necesitábamos unos a otros para transitar en este mundo.
Para terminar, me gustaría animarte a involucrarte en la iglesia de Jesucristo, a amar, a servir a otros y a formar parte de la comunidad de fe. No tienes que vivir tu fe en soledad; Dios te invita a encontrarlo por medio del amor que tenemos unos por otros.
Con Cariño,
Yani Garcia
Leer:
Toma un tiempo para leer el pasaje completo y meditar en las siguientes Escrituras:
Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones. Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca.
Sean siempre humildes y amables. Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor. Hagan todo lo posible por mantenerse unidos en el Espíritu y enlazados mediante la paz. Pues hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, tal como ustedes fueron llamados a una misma esperanza gloriosa para el futuro.
Todos los creyentes se dedicaban a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión fraternal, a participar juntos en las comidas (entre ellas la Cena del Señor), y a la oración.
Reflexionar:
Te animamos a que utilices estas preguntas para pensar, meditar y para compartir tus respuestas con alguien cercano (una amiga, un familiar o tu comunidad).
- ¿Alguna vez has pensado que no necesitas la iglesia?
- ¿De qué manera has menospreciado la importancia de la iglesia en tu vida?
- ¿Crees que la iglesia tiene un papel importante en tu fe? ¿Por qué?
- ¿Estás siendo parte activa de tu iglesia o estás siendo espectadora?